Una tronera es un espacio por el que mirar, por el que comunicarse con el mundo, por el que recibir la luz y la oscuridad del exterior. Demasiado tiempo encerrado en mi mi mismo, quiero comunicarme, decir, oír, dar y recibir. Me gustaría hablar de mis inquietudes, de mis aficiones, de mis sueños.
Tiempos he pasado de escasa relación personal, por no decir inexistente, salvo, como se dice en matemáticas , con un conjunto de medida nula. Hubo otros tiempos, de fútbol, de ajedrez, de inquietudes, de sueños que aun se podían realizar, hoy no queda nada, solo lo mas importante: el cariño sincero y loco de mi mujer, Silvia, y el de mi madre, pobre mujer a la que dos de las enfermedades mas terribles de estos tiempos terminarán, fatalmente, postrando y matando entre terribles dolores… el cariño de mi madre, tan loco y tan sincero como el de mi mujer.
He cambiado, desde luego. Me he vuelto mas huraño, mas desconfiado, mas preocupado, mas serio y he pasado a peor vida: ya no fumo, ya no bebo y pronto me van a prohibir comidas mas sabrosas que el agua destilada a la piedra, poco pasada, naturalmente.
La tronera, vuelvo al tema que me ocupa, tiempo tengo de hacer senderismo por Jaén o sea, de irme por los cerros de Úbeda, también puede ser y de hecho lo es, un lugar para burlar y para burlarse, para salvarse en las suertes peligrosas y luego, en la tranquilidad de la retaguardia, ver los toros como son, pequeños. y descastados (abajo el mono-encaste, a la mierda el toro terciado).
Del párrafo anterior se saca la conclusión de que me gustan los toros: desde luego, me gusta ver torear, amo la verdad como un parsi, la verdad del toreo serio, quieto, sublime majeza, y dominador. No me gustan los encierros, ni el resto de salvajadas populares, exaltación de lo mas abyecto del mono-hombre.
Me llama, por otra parte, la atención la religión de los parsi, el zoroastrismo o zoroastrianismo, religión con un lema: “buenos pensamientos, buenas palabras, buenos hechos”. He tenido la suerte de poder leer el Avesta (su libro sagrado) en una traducción de Juan B. Bergua, mal considerada por los expertos. Un libro entre cuyas hojas rezuma un cierto sabor a catástrofe nuclear en tiempos pretéritos.
¿Otras aficiones?:El fútbol, La Venganza de D. Mendo, La Iliada, Gora, el Rugby, La Santa Rusia, El Realismo Fantástico, Charles Fort, Las leyendas conspiranóicas y sus certezas, Jacques Bergier, Julio Verne, La música: Radio 2 y Rdio 3 de RNE, (excepto Carne Cruda qué se me hace insoportable) y muchas mas cosas y asuntos.
Haré lo posible, me hago esa promesa, de traer todo eso aquí para mi propio disfrute y de quién lo lea.
Un saludo
No hay comentarios:
Publicar un comentario